Podemos decir básicamente que los tratamientos invasivos deberían ser realizados exclusivamente por médicos y el resto los podrían realizar profesionales de la estética. Sin embargo los equipos pueden ser utilizados por ambos y solo los médicos pueden combinar el tratamiento con determinado equipo con otras aplicaciones invasivas que potencian y agilizan el resultado.
Un caso de engaño muy claro lo podemos ver con la ultracavitación. Existen equipos de ultrasonidos que se ofrecen como cavitadores cosmeátricos con baja frecuencia y no logran implotar el adipocito, cuando en realidad la función de ultracavitación es una sola y se requiere equipos de una frecuencia y potencia determinada (ver CAVIX).
Cada grupo tiene sus pros y contras lo importante es analizar que tratamiento queremos ofrecer y saber la limitaciones del equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario