Siliconas, lipos,
lifting... la tentación va en aumento. Para muchos no alcanza
con una sola operación y las visitas al cirujano se vuelven recurrentes.
¿Será como ir a la peluquería?
con una sola operación y las visitas al cirujano se vuelven recurrentes.
¿Será como ir a la peluquería?
Nicole Kidman. |
Hay muchas personas que
tiene imágenes pobres de sí mismas. Sin embargo, se convierte en una adicción
si se dispone a los procedimientos de la cirugía plástica una y otra vez, a
menudo hasta el punto de verse peor en lugar de mejorar. Los especialistas
sugieren que las razones que deben motivar una intervención de ese tipo
deberían estar avocadas al mejoramiento de la autoestima del sujeto que decide
practicársela, puesto que muchas veces esa zona o detalle corporal que genera
inconformidad suele deprimirlo dramáticamente. Se escuchan frases como éstas: “tengo
piernas gordas”, “demasiadas arrugas”, “quiero más lolas, así la ropa me queda
mejor” o “no me gusta mi nariz”.
Un poquito más por
allá, un poquito menos de acá, la gente ya no sólo modifica defectos evidentes,
sino otros más sutiles, acaso imperceptibles. La última palabra la
tiene el cliente, pero quedará en manos del cirujano evitar las operaciones que
no sean convenientes.
La mayoría de mujeres
quieren verse bien, sueñan con una piel sin arrugas, labios gruesos, abdomen
plano y una nariz acorde con su cara. Sobre todo si son figuras públicas, pues
deben verse perfectas. En ocasiones recurrir a un cirujano es un acierto. Pero
en otras…
Mickey Rourke. |
Meg Ryan. |
Megan Fox. |
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