jueves, 6 de diciembre de 2012

Reciclar el agua para regar las plantas

El consumo de agua mundial suele destinarse en gran parte a la producción de alimentos, a las industrias, y apenas un 4,6 por ciento es la cantidad que consumimos de forma directa, es decir en el hogar, ya sea para beber o para lavar los platos, la ropa, o a nosotros mismos. Se suele llamar huella hídrica al volumen de agua dulce utilizada para producir un determinado bien o servicio que hemos usado o consumido. Regar las plantas es una parte importante de ese consumo diario que tenemos de agua. Según un estudio de la ONG Water Environmental Research Foundation podríamos hacer esto último, reutilizando el agua de segunda o agua gris, que es la que se desecha en el hogar.

Las aguas grises son las que desechamos por la cañería del hogar, resultado del lavado de los platos, la ropa o de las personas. No son las aguas cloacales, que es la que se desecha del retrete, esas se llaman aguas negras. Pueden ser perfectamente reutilizadas, y de hecho muchos hogares sustentables lo hacen enviándolas a los retretes, ahorrando mucho consumo de agua.

Según el estudio que comentábamos antes también pueden servir para regadíos, y en el caso del hogar, para las plantas del jardín. Para analizar esta posibilidad, en el estudio se enfocaron en el uso de aguas grises de siete hogares de Estados Unidos ubicados en California, Arizona, Colorado y Texas, que disponían de sistemas de reciclaje de aguas grises. Si bien este tipo de aguas tiene un alto porcentaje de nitrógeno, el estudio pudo descubrir que este ayudaba al crecimiento de las plantas y podía reducir el uso de fertilizantes.


Estudiaron los efectos que sufrían 22 especies diferentes de plantas, y sólo tres de ellas mostraron efectos negativos luego de cinco años de exposición. La palta, el limonero y los pinos silvestres respondieron pobremente a las sales presentes en algunos limpiadores que permanecen en las aguas grises. El duraznero, el llamado pasto dientes de perro y la Rudbeckia bicolor fueron las que respondieron mejor.

Si queremos evitar esos limpiadores que fueron los únicos que dañaron a algunas de las especies estudiadas, podemos fijarnos en los ingredientes de los limpiadores que usamos a diario en el hogar para evitarlos, y así saber que ninguna planta se verá perjudicada por el reciclaje de las aguas grises. Los ingredientes a evitar son las sales y el boro.

El estudio se realizó a lo largo de cinco años, por lo que se pudo medir las consecuencias a largo plazo en el suelo y en las plantas, y no resultó dañino, por lo que las aguas grises no sólo pueden ser recicladas para regar plantas, sino que terminan siendo muy beneficiosas en algunos casos. Bien podría destinarse el agua de un barrio a regar una plantación de duraznos cercana, evitando el consumo de agua y de fertilizantes.

Fuente: sustentador.com
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