Durante el invierno es más fácil poder ocultar las estrías,
pero en cuanto llega el buen tiempo, aumentan nuestros complejos. Las estrías
vuelven a aparecer en nuestra vida cada verano.
Escotes, muslos, brazos, abdomen o glúteos se convierten en
un problema, ya que no podemos vestir a gusto o lucir bikinis sin complejos.
¿La
solución más efectiva? Prevenir!
Una piel cuidada, elástica e
hidratada es la mejor garantía para ello. Pero una vez que ya tenemos estrías, lo
más importante es decir adiós a los complejos y ponernos manos a la obra para
tratar de combatirlas.
Lo primero es admitir que muchas mujeres (y hombres) tienen
estrías, sobre todo aquellas que han aumentado o disminuido de peso de forma
radical y rápida (sin ni siquiera tener que haber pasado por embarazos). Las estrías aparecen en la etapa de crecimiento o en las dietas de
adelgazamiento, porque la variación de peso supone para la dermis mucha tensión
y distensión.
La herencia y el estado de la piel son otros dos factores
que también influyen en la aparición de estrías. Estas alteraciones provocan la
ruptura de las fibras elásticas y colágenas de tejido conjuntivo que da soporte
a la piel. La inflamación de este tejidos acaba cicatrizando posteriormente en
forma de estrías.
¿Lo peor de las estrías? Son muy difíciles de eliminar al
100%, por eso es conveniente prevenirlas antes de su aparición. Para lograrlo,
es básico aplicar cremas hidratantes para que los tejidos de la piel
permanezcan más elásticos, beber 2 litros de agua, mantener una dieta sana y
practicar alguna actividad física para mantener tonificados los músculos.
Como ves, las estrías se previenen llevando una vida de los
más saludable, y cuidándonos por dentro y por fuera!
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