“Nosotras no tenemos que acomodarnos a los horarios de un gimnasio, son los horarios lo que tienen que acomodarse a nosotras” comenta una ex deportista de competición y experta en técnicas de motivación del deporte de alto rendimiento, cuando le formulamos la eterna pregunta que siempre se pone sobre la mesa cuando se aborda un tema de fitness: ¿Qué hacer para no abandonar?
Porque conocemos de
sobra los beneficios que tiene el deporte –aumenta la esperanza de vida,
previene enfermedades, reduce el estrés y mejorara nuestro rendimiento en el
terreno laboral, social y sexual–, pero el carácter no inmediato de todas y
cada una de estas bondades no juega con ventaja en el terreno de la constancia.
Porque podemos ser muy fieles a la cita con nuestro peluquero (los beneficios
de un corte de pelo o una coloración son evidentes desde el mismo momento en
que el gurú de turno decide poner punto y final a su proceso creativo), pero no
solemos serlo tanto con nuestro entrenador. Por aburrimiento, falta de tiempo
(que suele pasar por una mala organización) y por ausencia de resultados
evidentes a los pocos días. Ser constante a la hora de practicar deporte es una
cualidad casi divina, por aquello de que es menor el número de privilegiadas
que han conseguido convertir su cita con el gym en un hábito.
Cómo trazar los objetivos de un programa de entrenamiento
para que resulten motivantes y asumibles (un reto debe tener un 50 % de
probabilidad de éxito para que sea motivante); cómo elegir el momento del día
en el psicológicamente nos cuesta menos abandonar o qué pensar antes de ir al
gimnasio.
Desvelamos, las claves que nos motivarán a hacer deporte. Sin morir en el intento!
Desvelamos, las claves que nos motivarán a hacer deporte. Sin morir en el intento!
- Save the date. Puede parecer un recurso fácil, pero la piedra angular de las técnicas de motivación pasa por incluir las rutinas de fitness en tu agenda. Colócala en tu agenda como algo inamovible y organiza todo lo demás en torno a esa cita. Si no lo conviertes en una prioridad y lo sitúas en primer plano siempre terminarás por anteponer a los niños, a tu pareja o al trabajo.
- Suma y sigue. Antes de ir al gimnasio puedes pensar en muchas cosas, pero una de las que más puede motivarte es establecer pequeños retos diarios que nos lleven a conseguir el objetivo final. Puedes repetirte a modo de mantra: “Hoy voy a intentar quemar 800 calorías, que me van a llevar a perder las dos tallas que quiero para el verano”.
- No vayas a lo fácil. Otra forma de lograr un aliciente es establecer retos relacionados con la complejidad de los ejercicios, y no sólo con los resultados que con ellos se obtienen. ¿Un ejemplo? “Hoy tengo que aprender a hacer sentadillas con barra, un ejercicio que me permitirá entrenar con más intensidad, que resume así otro de los pensamientos que debemos tener antes de ir al gym . “Debemos pensar en el reto que nos hemos establecido para ese entrenamiento y que conseguirlo va a ser estimulante y me va a ayudar a lograr mi objetivo final”.
- Durante la sesión… Para conseguir motivarnos, “lo que nos enganche”. Piensa en lo que te lleva a hacer deporte y, durante la sesión de fitness, centra tu atención en el hecho de haber arrancado. “Te tienes que sentir orgullosa de estar ahí, agradecida contigo misma por haber tenido fuerza de voluntad”.
- Una play list, por favor. Está demostrado científicamente que una correcta selección de la música durante el entrenamiento aumenta nuestra resistencia hasta un 15%. Además, los expertos entrevistados insisten en la necesidad de relacionar lo que nos gusta, incluida la música, con el deporte, porque puede ayudarnos a trabajar de forma más activa. Sin embargo, hay que recordar que “el objetivo es el ejercicio hecho de forma correcta. En ocasiones, seguir el ritmo de la música lleva a descuidar la técnica”.
- No sólo de peso vive el hombre. “La báscula es un gran generadora de ansiedad y muchas veces nos da datos equivocados”. No reduzcas tus objetivos y tus motivaciones a la pérdida de peso. “Lo importante es la pérdida de grasa y volumen. De hecho, la bajada de peso puede detenerse, pero sí continuar la de volumen y grasa debido a que en el proceso de entrenamiento estamos aumentando la masa muscular”.
- Busca tu momento. “Puedes acostumbrar el cuerpo a un horario”. Se recomienda practicar deporte “cuando te venga bien”. Aunque psicológicamente es más recomendable por las mañanas, ya que “a lo largo del día acumulamos fatiga, estrés y es más fácil fallar a nuestra cita. O a la hora de la comida, momento en el que, dicen, los clientes son “más constantes”.
- Sin pasar por casa. Del trabajo al gimnasio. Esta debe ser la secuencia que incorpores en tu agenda. “Llegar a casa puede estar asociado a relajarte, desconectar...”, nos cuenta la psicóloga. ¿La clave? Convertirlo en un hábito.
- En compañía. Aunque las sesiones individualizadas pueden resultar más efectivas desde el punto de vista ,desde el punto de vista de la motivación, son más recomendables las actividades en grupo. “Generan química y estimulan muchísimo. El ser humano necesita al ser humano”. “Los grupos de ejercicio resultan motivantes debido a factores como la competición, la cooperación y el aspecto socializador que tienen”.
- Tú eliges. Sesiones cortas todos los días o largas de forma intercalada. Eso dependerá de “cómo gestiones tu tiempo. Lo importante es buscar que te sientas cómoda con el tipo de ejercicio y con el tiempo que te implica. No tenemos que acomodarnos a los horarios de un gimnasio, son los horarios los que tiene que acomodarse a nosotras. Así será más difícil abandonar”.
- Breves pero intensas. Aunque se cree que una buena opción de entrenamiento es la combinación de ciclos, con semanas de entrenamiento de 5 sesiones cortas con otras de 3 sesiones largas, los últimos estudios inciden en la efectividad de sesiones muy cortas e intensas. “Requieren un gran gasto calórico para la recuperación en las horas posteriores al ejercicio”.
- Tiempo. Uno de los factores que nos puede generar más ansiedad es establecer objetivos que no llegan a materializarse, muchas veces por falta de tiempo. La solución pasa por tener claro que los resultados no van a llegar a apreciarse hasta pasadas 12 semanas de entrenamiento. “Los resultados a corto plazo no existen”.
- Be honest. Si no consigues los objetivos planteados (siempre y cuando sean realistas) “es porque en algún punto hemos fallado”. La solución pasa por redefinir los objetivos, cambiar el entrenamiento en busca de nuevos estímulos y, mientras tanto, pensar en los beneficios colaterales que ya habrás empezado a experimentar: sentirse mejor, más fuerte...
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