Para toda mujer que se casa,
mostrar una piel suave y tersa es el mejor complemento para su vestido de casamiento.
La flacidez en los brazos o la celulitis
son dos de las problemáticas más comunes entre las mujeres, pero que son
fácilmente tratables con la aparatología y cosmética adecuada.
La flacidez de la piel se
presenta cuando ésta pierde firmeza y elasticidad, mostrándose
"despegada" del cuerpo, arrugada y caída. Este proceso se debe a la
disminución de la presencia de ciertas sustancias como el colágeno y la
elastina, componentes esenciales para el sostén del tejido y mantener su
firmeza y elasticidad originales.
Ciertas zonas del cuerpo de
la mujer son más propensas a la flacidez que otras, siendo las áreas más
afectadas los glúteos, los muslos, la
cara interna de las piernas y los brazos. Existen numerosos factores que
influyen en su aparición: desde los cambios morfológicos que se van produciendo
a lo largo del tiempo, provocando un menor recambio de las estructuras de
soporte como son el colágeno y la elastina, a la pérdida de capacidad de
recambio de algunas de nuestras células; pasando por condiciones externas y los
hábitos tóxicos como el tabaco, el alcohol o el exceso de sol, e incluso la
falta de ejercicio y tono muscular.
Pero, sin duda, la razón
principal para la aparición de la flacidez es la ley de la gravedad. No toda
nuestra piel tiene la misma composición, por lo que el propio peso de la estructura
del tejido produce la caída del mismo.
Combatir
la flacidez
Para poder determinar el
mejor tratamiento con el que combatir la flacidez, en primer lugar se debe
realizar una exploración completa y una valoración del estado de los tejidos.
Hay que tener en cuenta que, dejando de lado los factores externos, nuestro
cuerpo tiene en su origen un porcentaje determinado de estructuras elásticas,
siendo ése el límite de resultados que podemos conseguir. Por ejemplo, si en
edad juvenil contamos con un 60% de estructuras elásticas, tras perder firmeza
con la edad no podremos superar ese 60% inicial mediante los tratamientos.
En función de los resultados
del análisis y de la valoración de los hábitos alimentarios de la clienta
elaboraremos un plan personalizado para el tratamiento. Normalmente, se
combinan un plan de alimentación recomendada con técnicas de aparatología en
las zonas afectadas, pautando tratamientos de duración variable. Algunas de las
técnicas más efectivas contra la flacidez son:
-
Mesoterapia: Mediante la microinyección de diversas
sustancias cosméticas debajo de la piel de las zonas afectadas, el especialista
controla en todo momento la dosis y el punto de inserción, consiguiendo un
tratamiento muy preciso de la piel flácida.
-
Electroestimulación: Mediante ultrasonidos de diversas potencias
y distintas frecuencias eléctricas, la bioestimulación o electroestimulación
médica provoca la estimulación del sistema nervioso autónomo y demás tejidos,
reactivando el metabolismo local de la zona tratada. De esta manera, la piel se
regenera y se retensa, dando marcha atrás en el proceso de caída.
-
Radiofrecuencia: A través de un electrodo y con la aplicación
de calor, se activa la acción del colágeno de las capas más profundas de la
piel, consiguiendo un tensado del tejido cutáneo y activando al mismo tiempo la
nueva formación del propio colágeno y de las demás sustancias estructurales de
la dermis. Es recomendable combinar los
distintos tratamientos según la zona a tratar, el nivel de flacidez que presente
y la historia clínica del cliente, construyendo un procedimiento lo más
individualizado posible para cada caso particular.
La
temida piel de naranja
La
celulitis es una alteración del tejido subcutáneo que
se acompaña de cambios en la microcirculación del tejido conjuntivo, dando
lugar a modificaciones morfológicas, histoquímicas y bioquímicas del tejido, y
que suele apreciarse como una rugosidad abultada en la piel. Normalmente, las
áreas donde hacen acto de presencia estos cúmulos de grasa son las zonas
localizadas como las rodillas, las
piernas, los tobillos, la cintura, la cadera y los glúteos.
No existe un origen
reconocido para la celulitis, sino que más bien se trata de un conjunto de
factores hormonales, endocrinos, bioquímicos, hereditarios e incluso raciales
que propician su aparición. También las malas costumbres que obstaculizan el
tráfico intestinal o el retorno venoso allanan el terreno para la aparición de
la celulitis. Así, existe una relación entre los hábitos tóxicos (alcohol,
tabaco,...) y los hábitos desordenados de comida con el brote de la piel de
naranja, del mismo modo que la ropa muy ceñida causa problemas circulatorios
que favorecen su aparición. También el estrés y la ansiedad pueden ser
causantes de celulitis, entre muchos otros factores, ya que en esos momentos el
cuerpo libera a la corriente sanguínea gran cantidad de productos químicos.
Guerra
a la celulitis
Como en el caso de la
flacidez, antes de tratar la celulitis hay que hacer un diagnóstico completo de
la clienta y analizar en qué fase se encuentra su problemática. Existen hasta
cuatro etapas en la celulitis, según la profundidad de los cúmulos de grasa, y
cada una requiere de distinto acercamiento.
Para tratar este problema es
imprescindible hacerlo desde tres frentes: erradicando su causa, actuando sobre
el mecanismo que lo produce y tratando las lesiones que se hayan producido. Las
técnicas que se han comentado anteriormente (mesoterapia, electroestimulación y
radiofrecuencia).
Los Centros de Estética
tienen que trabajar este segmento de los casamientos, ya que una clienta puede
tener un grupo grande de potenciales clientas.
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